
(por Phil Unseld 9/2022)
Una de mis sorpresas durante la pandemia ha sido el descubrimiento que impartir las clases Feldenkrais de forma virtual funciona mucho mejor de lo esperado. Sin embargo, como pasa con todos los descubrimientos, hace falta una paulatina diferenciación de los tantos que es lo que intento compartir en este escrito.
Son evidentes las ventajas que ofrecen las clases telemáticas: a nivel geográfico, en cuanto a la practicidad, el ahorro de tiempo en traslados o la presencia de personas de otras culturas. Las grabaciones de las clases permiten además una alta flexibilidad horaria y la posibilidad de repetir la secuencia si uno quiere. Pero también es cierto que hace falta desarrollar una cierta disciplina y capacidad de auto-organización para poder aprovechar al máximo esta libertad. Para eso considero crucial que cuentes con un lugar ‘reservado’ en tu vivienda, con un suelo agradable, una buena colchoneta, silencio y la temperatura justa. Debería ser un lugar que invita ir al suelo y tener un tiempo para uno mismo: para descansar, aprender, tomar conciencia, descubrir, explorar, mejorar, recargar pilas etc. Personalmente lo veo como un recurso fundamental en la vida de uno que debería tener el umbral lo más bajo posible y estar disponible siempre, aunque sea solo para unos minutos. El suelo puede hacer maravillas. Considero que idealmente debería formar parte de la situación y rutina de trabajo de todas las personas que trabajan sentadas en una silla. El movimiento es el antídoto para la vida sedentaria.
En cuanto a las grabaciones, hace falta un mínimo de experiencia con el método para poder traducir las indicaciones verbales en movimiento con una cierta confianza de no estar equivocado. La misma naturaleza exploratoria del método implica momentos de no-claridad que son necesarios para poder aprender algo nuevo. Intento de impartir las clases justamente para abrir un espacio de exploración y al mismo tiempo ofrecer la máxima orientación. Pero la experiencia me enseña que para poder aprovechar los audios hace falta una cierta familiarización con el lenguaje y la metodología que usamos en Feldenkrais para poder seguir explorando con tranquilidad aunque aparezcan dudas en algún momento. Es inevitable en el aprendizaje orgánico.
De todas formas existe el formato online para poder contar con el ojo entrenado del profesor que puede ayudar a veces con una pregunta o guía de atención específica para la orientación dentro de un determinado movimiento y en el mismo proceso de aprendizaje. Para algunas personas también es una ayuda contar con un horario y un grupo fijo para hacer las clases.
Por ende creo que el espectro virtual – desde las clases online en vivo hasta las grabaciones – cubre una gama bastante amplia de la modalidad ‘Autoconciencia a través del Movimiento’. De todas formas te animo a participar en los talleres presenciales cuando te sea posible e incluso indagar en las Integraciones Funcionales para poder conocer todas las facetas que te ofrece este rico método.